domingo, 29 de mayo de 2011

Juan Ramón Barat Dolz

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BIOGRAFÍA 

Juan Ramón Barat Dolz nació en Borbotó, pequeña aldea campesina de la huerta de Valencia, la noche del 7 de agosto de 1959.
Hijo de padres hortelanos y ganaderos, pasó la niñez, la infancia y la adolescencia alternando los estudios, el trabajo en el campo y la práctica del fútbol en los equipos inferiores del Valencia CF.
Es licenciado en Filología Clásica por la Universidad de Valencia y en Filología Hispánica por la Universidad de La Laguna.
Tiene aprobadas las oposiciones al Cuerpo de Profesores de Bachillerato (hoy Secundaria) por las especialidades de Latín y Lengua Castellana y Literatura.
Ha impartido docencia en los centros siguientes:
  • Colegio “Los Naranjos”, Gandía. Años 1985 a 1987.
  • Instituto de Bachillerato “Lucas Martín Espino”, Icod de los Vinos, Tenerife. Años 1987 a 1989.
  • Instituto de Bachillerato “San Hermenegildo”, La Cuesta, Tenerife. Años 1989-1991.
  • Instituto de Bachillerato “La Garrigosa”, Meliana, Valencia. Años 1991 a 1995.
  • Instituto “Juan de la Cierva”, Totana, Murcia. Años 1995 a 2002.
  • Instituto “José Ibáñez Martín”, Lorca, Murcia. Desde el 2002.
Se confiesa un verdadero amante de los escritores clásicos greco-latinos y españoles, a quienes regresa permanentemente. Sus grandes aficiones son la literatura, la música clásica, la naturaleza y la cocina. Juan Ramón Barat es miembro fundador del Grupo Poético ESPARTARIA de Lorca.Es un hombre de una gran vitalidad cultural y participa diariamente en todo tipo de actividades relacionadas con los libros y la literatura: talleres, tertulias, conferencias, presentaciones, cursos, congresos, recitales, lecturas, etc. Ha colaborado en radio, televisión y prensa. Su obra poética y dramática se trabaja y representa en colegios, institutos, bibliotecas, centros culturales y salas teatrales. Sus poemas y artículos están dispersos en revistas y antologías, nacionales y extranjeras.

          Es autor de varios libros de poesía, entre los que sobresalen Como todos ustedes (premio Ciudad de Torrevieja), Piedra Primaria (Premio Ateneo Jovellanos), Breve discurso sobre la infelicidad (Premio Leonor) o Malas compañías (Premio Blas de Otero). La antología El héroe absurdo (Editorial Hiperión) recoge la mayor parte de su producción poética publicada. Barat cultiva también la narrativa y el teatro, géneros en los que ha editado diversos títulos con notable éxito. Asimismo, escribe para el público no adulto. Entre sus obras líricas para lectores jóvenes cabe destacar Poesía para gorrionesPalabra de juglar o Sólo para niños.

BREVE DISCURSO SOBRE LA INFELICIDAD

Un jurado integrado por doña Clara Janés, doña Josefa Parra, don Joaquín Marco, don Jesús Hilario Tundidor y don Aurelio Loureiro, concedió el XXII Premio Internacional “Leonor” de Poesía a este libro en la ciudad de Soria el día 25 de octubre de 2003.
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DECLARACIÓN DE INTENCIONES

Guárdate
del bullicio de los hombres
y sus estúpidas maquinaciones.
Que no te arrastre nunca en su corriente
el vendaval absurdo de este mundo,
pues sólo en el hondísimo silencio
hallarás la verdad de tu existencia,
y el destino que buscas
desesperadamente
te ha de ser –no lo dudes-
revelado.



SESIÓN CONTINUA

Igual que una película
de bajo presupuesto,
con escasos efectos especiales
y un guión vulgar,
y actores de reparto con poca vocación
y numerosos extras,
sin música de fondo, en blanco y negro,
y, por supuesto, yo, el protagonista,
sin saberme el papel -a estas alturas-
y ajeno por completo al argumento.

VERSIÓN DEFINITIVA

En la contraportada
del libro de tu vida
escribirá el silencio
la última palabra.
Y en las estanterías de la noche
lo ha de cubrir el polvo
sin tiempo de la historia.

DESAHUCIO

Todos los días tratas
de encontrarte a ti mismo
en los ojos de cuantos te conceden
su migaja de luz al contemplarte.
Pues sabes que en los ojos
de aquellos que te miran
se refleja la sombra que eres sin aditivos,
y la imagen que adviertes siniestrada
es el rostro de un hombre insubstancial
que bucea desnudo
en las aguas oscuras de sus miedos.
Te miras con los ojos
colmados de renuncias.
Como un perro extraviado
cuando mira la noche.


HOJA DE RECLAMACIONES

La culpa te persigue desde siempre
con su bífida lengua.
Lame todos tus sueños con lascivia.
Por ella no podrás
pedir la absolución de los pecados
que no osó perpetrar tu espíritu medroso
cuando pagues el último
plazo de la hipoteca de tu vida.

Tendrás que rendir cuentas
de cuanto no emprendiste
por no haber sido nunca
punible responsable de tus actos,
pues oficiaste siempre una ramplona
humanidad compuesta de retales,
de palabras gastadas por el uso
y vagos sentimientos
que no comprometían en nada tu vacío.
No reclames jamás lo que jamás fue tuyo:
la gloria de vivir
de acuerdo con tus propias convicciones.
Siempre fuiste uno más de la manada.
¿A quién demandarás por el supuesto fraude
de haber adulterado
tú mismo tu existencia?


COMPOSICIÓN ANALGÉSICA


Lo que el dolor te ofrece generoso

es el conocimiento de tu propia miseria.
La oscura luz de la sabiduría
te acerca al epicentro de tu ser,
donde el misterio traza su quimérica
constelación de sombras
y la consciencia cobra la cabal dimensión
de su insignificancia.
El dolor te conduce,
igual que un perro fiel,
hasta el origen mismo de tu vida.
El feudo que los hombres
solemos confundir con el destino.






POESÍA PARA GORRIONES  

LUNA
(rosa nocturna)

En su cuna de hojalata,
la luna se balancea
y en sus ojos infinitos
brillan lirios de tristeza.
¡Cuánta soledad la suya!
¡Qué blanca espuma de pena!
¡Qué hondo debe de ser
su silencio de azucena!

Cuando la noche se extiende
como una paloma negra,
la luna entreabre sus labios
para besar las estrellas.
¡Qué lejano su paisaje
sobre la negrura inmensa!
¡Qué horizonte de dolor
y mariposas morenas!

Sus brazos menguan y crecen
como alas de tiniebla,
y a veces se hace invisible
para ocultar su tristeza.
Ay luna, lunita, luna.
La más hermosa princesa.
Rosa nocturna que alumbra
mi corazón de poeta.
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 LLUEVE

Llueve y llueve esta tarde.
La tristeza me invade.

Claveles de agua
y líquidos árboles
caen por las paredes
azules del aire.

Invisibles pájaros
de oscuro plumaje
silban como el viento
entre los maizales.

Llueve y llueve esta tarde.
La tristeza me invade.

Las flores se encienden
y alegres se abren
al beso del agua,
como manantiales.

Medusas de vidrio
y peces sin margen
bajo el agua inmensa
navegan y arden.

Llueve y llueve esta tarde.
La tristeza me invade.

Abejas fecundas
en dulce oleaje
vuelan con las alas
repletas de estambres.

Almas transparentes
tristemente caen,
temblor de las nubes
en cielo sin aves.

Llueve y llueve esta tarde.
La tristeza me invade.
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VOLUNTAD DEL ÁRBOL

Era un triste árbol viejo
que levantaba sus ramas
buscando el beso del aire
y la caricia del agua.
-Quiero cortar mis raíces
y que me crezcan las alas
para volar por el cielo
como un ave enamorada.
-Tú no eres más que un árbol,
con tus hojas y tus ramas,
nunca podrás desprenderte
de la tierra que te abraza.
-Si yo pudiera volar
y elevarme como un águila
iría a buscar las nubes
y la lluvia y las montañas.
-Tú no eres más que un árbol,
con tu tronco y con tu savia,
y nunca podrás volar
más allá de tu mirada.
-Yo quiero cruzar los límites
que el horizonte me traza,
y navegar con el viento,
sin fronteras y sin patria.
-Las cosas son como son.
Y no puede hacerse nada.
Tú seguirás siendo un árbol,
triste y viejo, con tus ramas.
-No, nadie podrá quitarme
la ilusión y la esperanza,
la fábrica de los sueños
que guardo dentro del alma.
Nadie podrá arrebatarme
la fe que nutre mis ansias,
mi voluntad de ser libre
que me corre por la savia.
Y quién sabe si algún día,
por algún caso de magia,
yo dejo de ser un árbol
y me convierto en un águila... 






domingo, 22 de mayo de 2011

Miguel Labordeta




Miguel  Labordeta (1921-1969), nació y murió en Zaragoza, ciudad a la que estuvo vinculada su vida y su obra poética. Su obra constituye, según algunos críticos, “uno de los logros más singulares, una de las aventuras líricas más hermosas de nuestra literatura de posguerra”, pero es poco conocida porque él siempre quiso mantenerse al margen de mundo comercial literario. Poeta de cierto tono e influencia surrealista, domina, sin embargo, en su “voz lírica” el soliloquio, la vivencia personal de la temporalidad y la reflexión sobre el ser mismo del hombre. Son sus libros: Sumido 25 (1948), Violento idílico (1949), Transeúnte central (1950), Memorándum (1959), Epilírica (1961), Punto y aparte (1967, antología), Los Soliloquios (1969). En 1972 fueron publicadas  Autopía y sus Obras Completas. Publicó también la tragicomedia Oficina de Horizonte (1960).


En 1950 él mismo definió su poesía como «catártica, depurativa, en que el poeta se dé por entero 
en holocausto verídico»
Es uno de los poetas más admirados y, aún hoy, más desconocidos de la posguerra española.
Hermano del cantautor, escritor y político José Antonio Labordeta




En el año 2004 apareció publicada una interesante biografía sobre su vida y obra, Miguel Labordeta. Poeta violento idílico (1921-1969), del periodista Antonio Ibáñez.


¿para qué nacimos?  a estos pensamientos vuelve con frecuencia el autor en otros poemas:
 Por eso, otro poeta, Gabriel Celaya, le dice a nuestro autor en un poema que le dedica:
   Mas me asustan un poco tus tremendas preguntas
   “¿De dónde diablos vengo” y “¿Qué hago aquí pensando?”
   Comprende. Éstas son cosas que no deben decirse.
   Tus cuestiones, por simples, resultan excesivas.
  







            RETROSPECTIVO EXISTENTE

Me registro los bolsillos desiertos
para saber dónde fueron aquellos sueños.
Invado las estancias vacías
para recoger mis palabras tan lejanamente idas.
Saqueo aparadores antiguos,
viejos zapatos, amarillentas fotografías tiernas,
estilográficas desusadas y textos desgajados del Bachillerato,
pero nadie me dice quién fui yo.
Aquellas canciones que tanto amaba
no me explican dónde fueron mis minutos,
y aunque torturo los espejos
con peinados de quince años,
con miradas podridas de cinco años
o quizá de muerto,
nadie,
nadie me dice dónde estuvo mi voz
ni de qué sirvió mi fuerte sombra mía
esculpida en presurosos desayunos,
en jolgorios de aulas y pelotas de trapo,
mientras los otoños sedimentaban
de pálidas sangres
las bodegas del Ebro.
¿En qué escondidos armarios
guardan los subterráneos ángeles
nuestros restos de nieve nocturna atormentada?
¿Por qué vertientes terribles se despeñan
los corazones de los viejos relojes parados?
¿Dónde encontraremos todo aquello
que éramos en las tardes de los sábados,
cuando el violento secreto de la Vida
era tan sólo
una dulce campana enamorada?
Pues yo registro los bolsillos desiertos
y no encuentro ni un solo minuto mío,
ni una sola mirada en los espejos
que me diga quién fui yo.




Poema Letanía Del Imperfecto 


Sed antigua abrasa mi corazón de lentitudes.
En música y llanto mi ubre roída de pastor.
Tumbas de aguas y sueño,
soledad, nube, mar.
Doncellas en flor, cementerio de estrellas,
cuadrúpedos hambrientos de paloma y de espiga,
en náusea y en fuga de amargos pobladores oscuros,
mineros desertores de la luz insaciable.
Cráteres de lluvia. Volcanes de tristeza y de hueso,
despojos de pupilas y hechizos desgajados.
«Me gustas como una muerte dulce…»
Arrebatado. Sido. Aurora y espanto de mí mismo.
Viejos valses con calavera de violín
en la cintura de capullo con sol ciego de ti.
«Pero me iré…
debo irme… pues el jardín no es leopardo aún
y tu caricia una onda vaga tan sola
en los suelos secretos del atardecer…»
Canes misteriosos devoran mi perdón.
Mi distancia se pierde en las columnas de tu abril jovencito.
Cero. Vorágine. Desistimiento.
Nueva generación de hormigas dulces cada agosto.
Viento y otoños por los puentes romanos derruidos.
Golpeo a puñetazos besos de miel y desesperanza
en pavesas radiantes de futuras abejas.
Veintisiete años agonizantes
sonríen largamente a lo lejos.
Buceo. Soles y órbitas indagando los cubos del olvido.
El misterio. Eso siempre.
El misterio a las doce en punto del día
y en su centro de asfalto
yo
impertérrito.

Poema Plegaria Del Joven Dormindo 

Hermanas Estrellas:
¿Me escucháis?
¿Oís el palpitar de mi ardiente manantial tronchado
indagando su fervor de precipicio
en este planetario estío
de hermosura sin faz?
Vosotras, mis hermanas mayores:
¿qué sabéis?
¡Decidme! ¡Habladme del sentido del abismo
todo futuro sido en el espacio curvo…!
Contadme, mis hermanas gigantes,
contadme que fueron las borrascas nebulosas
preñadas de gérmenes dulcísimos
y de terribles olvidos sepultados
hacia una furiosa potencia en carne viva
devorándose a sí misma
en silencio y hormiga
labio y galaxia o brisa
siempre muerte resucitada…
¿Lo sabéis? ¿Sabéis a dónde iré yo?
¿Sabéis a dónde iréis vosotras,
mis lejanas hermanas?
¿Sabéis a dónde irá todo
cuando el Ojo Secreto
se aniquile en burbujas de Luz?
¿O no tendremos fin…?
¿Será todo como este ensueño
en que os sueño,
mis hermanas estrellas,
mis lejanas, mis gigantes hermanas?
¡Decidme! ¡Habladme!
¿Sabéis el destino de nuestros muertos
implacables de enigmas?
¿Qué sois,
anhelo puro,
vientres de luz?
¿Acaso pensamiento
de una serena grandeza fugacísima?
¿O frías criaturas de fuego
que esperáis algo inauditamente,
una mañana de primavera perenne quizá?
¿Lo sabéis? ¿O no conocéis nada?
¿O no existís ya
y sólo contemplo el último parpadeo
que lanzasteis sobre la Vía Láctea
cuando las cunas eran tan sólo
pleamares de lodo y semilla de engaño?
¿Me escucháis?
¿O no tienen respuesta mis palabras
de suicida recién nacido?
¿Nos encontraremos al final?
¿O el punto y el anciano,
la senda y el minuto,
el signo y la Bondad
son tan sólo perdidos amuletos de la Mente,
cenizas de fotones
callando nuestras fuentes milagrosas
polvo de melodías eternas,
certero enigma sin pupila,
derramándose sobre quietos lagos desconocidos?
¿Y yo? ¿Sabéis quién soy?
¿Os sonreís? ¿O sois ciegas?
Sí.
¿O sois ciegas como yo?
Hermanas Estrellas,
mis lejanas, mis gigantes hermanas
moribundas sin acto,
frágil nota acurrucada
como polen de otoño
o labio encendido de muchacha
que ha de morir.
¿Qué matriz cercenada
se abre en vuestro misterioso nido?
¿Qué pecado pavoroso columbra
vuestra incógnita?
¿Hacia qué Totalidad embriagada
os dirigís sedientas de promesa y descanso?
Contadme,
contadme vuestros mitos maravillosos
de amor hacia los soles inacabables.
¿O no sabéis nada? ¿O sois ciegas como yo?

Mis hermanas, mis lejanas y gigantes hermanas 
las Estrellas.



















  
  

te espero en esta penumbra azul.

te espero en esta penumbra azul.
la vuelta de la noche.